De la “Guerra” al Corralito. Chipre, el país de los conflictos
- aularrii
- 14 feb 2015
- 5 Min. de lectura
Realizado por Ignacio Fornaris.

Aunque muchos conocemos que Chipre es una isla y que su capital es Nicosia, demos gracias a esas clases de geografía que asistimos en su momento durante la Educación Secundaria Obligatoria, no sabemos nada sobre esta isla, la mayor del Mediterráneo.
Cabe decir que tiene más de conflicto internacional que de país europeo, cosa que es miembro desde 2004. Como primera pincelada, añadir que la actual República de Chipre no abarca toda la isla, es más, el tercio septentrional no está reconocida por la Unión Europea ni por las relaciones internacionales.
Pero ¿por qué existe una división del País?
Remontándonos al siglo pasado, concretamente a los 60, Turquía, Grecia y Reino Unido, junto con las comunidades grecochipriota y turcochipriota, firmaron un tratado por el cual nacía la República de Chipre como estado independiente permitiendo, por otra parte, mantener las bases militares británicas de Acrotiri y Dhekelia cuya presencia constituye el 3% del país.
Como bien sabemos, la doctrina constitucional nos indica que no hay país democrático sin constitución al igual que no hay constitución sin democracia. Pues bien, Makarios III, primer presidente de la República, impulsó un proyecto constitucional por el cual los turcochipriotas ocuparían la vicepresidencia del Gobierno y que, además, tendrían poder de veto que acabó imponiendo a la ciudadanía. Esta peculiar constitución provocó grandes tensiones entre las dos comunidades más importantes que acabó desembocando en un cúmulo de tensión que fue materializada en 1963 y 1967 en actos violentos.
La Constitución estableció un sistema de gobierno con poder compartido entre las comunidades greco- y turco-chipriotas en proporción a su población, pero en 1963 la comunidad turca renunció a participar en el gobierno debido a los enfrentamientos intercomunales, y desde entonces, aunque sigue en vigor la misma Constitución, no se cumplen las provisiones de poder compartido.
Volviendo al tema que nos atañe, está tensión aumentó ante la partida de los turcochipriotas y se transformó en una “guerra” tras el golpe de estado de los pro-griegos contra el gobierno del Arzobispo Makarios, entonces presidente de la República, con el apoyo de la dictadura militar de Grecia, que buscaba la unificación de Chipre en julio del 74. Cuando el gobierno se depuso constituyéndose una dictadura, Turquía ocupó con unos 35000 efectivos el norte de la isla. Esta ocupación provocó la partición de la isla, así como importantes movimientos de población, con miles de greco-chipriotas abandonando el norte y turco-chipriotas el sur.
Debemos aclarar que no fue una Guerra Civil pero le quedó poco, por ello, la utilización del término “guerra” entrecomillado.
En 1983 los turco-chipriotas proclamaron la “República Turca del Norte de Chipre”, con constitución propia aprobada por referéndum en 1985, pero que no ha sido reconocida hasta la fecha por ningún Estado, salvo la propia Turquía. Las dos comunidades están separadas por lo que se conoce como “Línea Verde”, bajo control de las fuerzas de mantenimiento de la paz la ONU.
Desde 1974, Nicosia, capital de la parte reconocida internacionalmente, está dividida siendo la única capital del mundo que, en la actualidad, lo está. Decir que impresiona caminar por el casco histórico y comprobar que existen calles cortadas por barriles, alambradas o simplemente por una línea verde dibujada que delimita dos países.
Como está claro, las políticas internacionales de paz y cooperación han intentado solucionar este problema latente en la sociedad. Es paradójico que en pleno siglo XXI, en el día nacional alemán, la Embajada de dicho país organice el cóctel en unos jardines restaurados en la línea verde para que ambos líderes de las comunidades no renieguen la invitación.
Me gustaría aclarar que, desde mi punto de vista, Turquía no actuó correctamente colonizando el norte con la población más pobre de la isla puesto que empobrece el país y causa inseguridad entre la ciudadanía del sur.
Por ello, su siguiente pregunta debe ser ¿Y qué pasa con las relaciones internacionales respecto a estos países?
Como he dicho anteriormente, las políticas de pacificación internacional intentan crear una situación estable entre las Repúblicas y se llegó a impulsar un plan por el que faltó poco para que se llevara a cabo.
Este plan es el conocido Plan Annan, sometido a referéndum en ambas comunidades el 24 de abril de 2004, y que proponía el establecimiento de un Estado federal con dos Estados constituyentes, el greco-chipriota y el turco-chipriota, y con una presidencia y una vice-presidencia que habría rotado entre las dos comunidades cada 20 meses. El Plan preveía además la creación de una Comisión de Reconciliación y un derecho de retorno limitado entre las dos comunidades (de greco-chipriotas al norte y de turco-chipriotas al sur). Grecia y Turquía mantenían una presencia militar permanente en la isla, pero con un número reducido de tropas. Sin embargo, si bien el plan, sometido a referéndum simultáneo en las dos partes de la isla, obtuvo entre los turco-chipriotas el apoyo del 64,91% de los votantes, los greco-chipriotas lo rechazaron de forma abrumadora, ya que un 75,83% de los votos fue en contra.
Una semana después, el 1 de mayo de 2004, la República de Chipre ingresaba en la Unión Europea, dejando en suspenso la aplicación del acervo comunitario en el territorio de Chipre no controlado por el gobierno de la República.
Se intentaron retomar dichas negociaciones y parecían que iban a buen puerto. Sin embargo, la victoria en las elecciones “presidenciales” en el norte de la isla de Dervis Eroglu, del partido UBP (Partido de la Unidad Nacional, nacionalista), el 18 de abril de 2010, suponía un revés para el proceso negociador. Desde entonces, se han realizado hasta 5 reuniones tripartitas entre el Secretario General de la ONU y los dos presidentes de las comunidades.
Finalmente el 11 de febrero de 2014 cuando los dos líderes firmaron la deseada declaración conjunta propuesta por los grecochipriotas solicitando el establecimiento de un Chipre reunificado sobre la base de una única soberanía, una única personalidad jurídica internacional y una única ciudadanía, habiéndose superado las reticencias turco-chipriotas a la inclusión del adjetivo “única” referido a la soberanía.
Sin embargo, el problema de las negociaciones se halla en definir el poder, la ciudadanía (colonos), las propiedades y el territorio. Por ejemplo, no saben como
solucionar el tema de esas casas abandonadas por los gregochipriotas sobretodo con la devolución de algunas áreas principalmente Morphou y Varosha.
Por último, la autodenominada “República Turca del Norte de Chipre”, aislada inter-nacionalmente, sobrevive sobre todo gracias al apoyo de Turquía. Sin embargo, a principios de 2011 tuvieron lugar en el norte de la isla importantes manifestaciones de carácter anti-turco.
En resumen, la isla más grande del Mediterráneo, colindante a Siria, Libia, Turquía, Egipto o Grecia, es una de las más peculiares del mundo. Desde fronteras kilométricas hasta una simple raya pintada delimitan dos países enfrentados desde hace siglos y transportados a una realidad que recuerda en cierta medida al muro de Berlín.
Pocas vías existen para cruzar al otro lado y ya fue hacia 2007 aproximadamente cuando ciudadanos de a pié pudieron comenzar a pasar, vetada la entrada hasta entonces a cualquier persona no diplomática. Un país especial que está intentando modernizarse. Como nos han indicado personas locales, hace 4 años, muchas vías estaban sin asfaltar, las aceras eran inexistentes… Pero, además, sufrió no hace tanto un corralito del sistema financiero.
Así pues ¿se acabarán unificando o simplemente dejarán dicho conflicto hasta que desemboque en una Guerra Civil real?
-Quedan muchas cosas por hacer como la creación del transporte público pero el primer paso es poner solución a este conflicto.
Chipre, ¡para los chipriotas!
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